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martes, 8 de julio de 2014

Perder era lo normal, las formas fueron impensables.

Este blog se caracteriza por analizar equipos y partidos a nivel táctico pero lo sucedido anoche merecía salirnos un poco del guión y analizar el partido desde otros puntos. Anoche al acabar el partido mantuve una MARAVILLOSA conversación sobre las claves del partido desde un punto de vista emocional y psicológico y llegabamos a varias conclusiones:
1. Bajas importantes a nivel emocional.
Las ausencias de los dos jugadores mas importantes del equipo ,como son Neymar y Thiago Silva, desde un punto de vista emocional fue un shock muy duro. Nadie en Brasil imaginaba vivir esto sin tu capitán y mejor defensor y sin tu estrella Neymar. Esto causó en el equipo un estado de miedo mayor del que se podía tener en un principio y terminó pasando factura el echar tanto de menos a tus hombres claves.
2. Querer no es siempre poder.
Creo que este título resume bien lo que se vio anoche. Un país que quería, que se unía por un reto y un sueño luchando contra las adversidades pero que la realidad señalaba que por muy unidos que estuviesen no iban a poder. El gran juego y planteamiento alemán y estos factores Brasileños provocaron que Brasil nunca diese la sensación de poder meterse ayer en su final.
3. Poca intensidad.
Se vió un equipo desdibujado, descolocado, poco intenso, que recibía golpes y golpes como si fuera un boxeador mareado dejando al mundo entero sorprendido y decepcionado por lo que veía. Lo vivido ayer ha sido fruto del destino, algo que se ha ido escribiendo poco a poco a lo largo del Mundial ya que nunca han llegado a encontrar ese punto de juego maximo que vimos en la Confederaciones y Alemania con sus tremendas virtudes aprovechó para machacar al equipo sin ningún reparo.
4. Presión mediática excesiva.
Desde que Brasil salió designada como sede para este Mundial 2014 se ha preparado a conciencia para ser campeón y todo lo que no fuese eso sería un fracaso mayúsculo. Desde ese momento se ha presionado bastante desde el país y desde dentro del equipo para conseguir el objetivo llegando a convertirse en excesiva esta presión. A todo esto se le sumaba otros factores como las revueltas en el país, la tremenda inversión económica que no iba a ser compensada con las ganacias y los varios fallecimientos de obreros en las realizaciones de las infraestructuras que provocaron que el ganar el Mundial fuese una obligación para dejar atrás todo esto y hacer feliz a un país. Esto no ocurrió y ahora las consecuencias pueden ser grandes.

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