Un espectáculo táctico vivido en Manaos.
Una Italia en la que funciona el nuevo planteamiento de Prandelli y toma forma la reinvención de la
Azzurra. Pese al resultado, Inglaterra fascinó con su solidez y movilidad en la
zona de tres cuartos. Cojea en la salida de balón y ha pasado factura.
INGLATERRA
Comenzó Inglaterra en el partido con el
4-2-3-1 habitual. Joe Hart bajo palos; Glen Johnson, Gary
Cahill, Phil Jagielka y Leighton Baines en defensa; sólida dupla defensiva Steven
Gerrard-Jordan Henderson con Raheem Sterling en la media punta con total
libertad de movimiento; banda izquierda para Wayne
Rooney, derecha para Danny
Welbeck y el 9, Daniel Sturridge. Fue un inicio
fulgurante para "The Three Lions" con ocasiones de Sterling en el
minuto 3 y de Henderson en el 5. El doble pivote de contención
Henderson-Gerrard como base del fútbol ofensivo inglés daba resultado.
EN ATAQUE
Mucha movilidad en la zona de tres cuartos. Sterling hizo un partido brillante y su papel
fue importante. Conectó el centro del campo con Sturridge -quien también tuvo una gran noche
siendo letal en ataque y participativo en creación- retrasando su posición. Henderson solía adelantarse pero ninguno de los
pivotes de Liverpool se acercó a la media luna rival por lo que había algunas
lagunas en la salida de balón. A Wayne
Rooney, lejos de su posición habitual, le fue inevitable trazar la diagonal
desde la izquierda hacia su hábitat natural como delantero e incluso alternó
posiciones con Sterling. Welbeck, en banda derecha, hizo un partido como
para aprobar con un 5. Lleva dos temporadas horribles y además, funciona mejor
como delantero centro. En ataque funcionó de interior.
EN DEFENSA
Inglaterra defendía ordenada y esperaba en
medio campo con un claro 4-4-1-1. La línea de 4 por delante de la
defensa se veía desdibujaba de vez en cuando porque Danny Welbeck se desentendía de labores
defensivas. En la otra banda, todo lo contrario. Wayne Rooney trabajando constantemente en defensa y
siguiendo las subidas del lateral derecho italiano, Darmian. Dos muros de cemento
fueron el tándem Gerrard-Henderson en medio campo y Jagielka-Cahill en defensa. Glen Johnson no tuvo gran trabajo por parte de las
internadas de Chiellini pero no dio a basto con la movilidad
de Balotelli y Marchisio. Leighton Baines en el lateral izquierdo ayudó a Wayne con Darmian y estuvo atento a Candreva y sus diagonales y a Balotelli cayendo a banda.
LOS CAMBIOS
Comenzó la segunda parte con Rooney como
media punta. Lugar donde mejor rinde pero en el minuto 60 Roy Hodgson realizó el primer cambio. Welbeck salió por la joya del Everton, Ross Barkley. El jugador toffee
se colocó en la media punta, Sterling en la derecha y Rooney en la izquierda.
Este cambio dio un salto de calidad a la ofensiva inglesa pero fue también
perjudicial. Sterling terminó derrotado con su labor de enganche ante los
problemas de salida de balón y estos se incrementaron con Ross Barkley, dado a
que este es más propenso a pisar área y fue la sombra de Daniel Sturridge.
Existía un vacío en la media
punta que obligaba a Henderson y a Gerrard a adelantarse con el riesgo de que
Italia les ganase la espalda o mandar balones largos.
En el 73' llegó el cambio que sentaba a
Jordan Henderson y pisaba el verde Jack
Wilshere. Cambio positivo en referencia a la salida de balón. El gunner
Wilshere es un jugador con más capacidad para dar el último pase y esto hizo
que el esquema fuese 4-1-4-1,
quedando este por delante de Steven
Gerrard. No consiguieron el gol del empate ni metiendo a Adam Lallana por Sturridge, lo cual llevaría a Wayne Rooney a ser el ariete referencia y a Inglaterra a tener
superioridad numérica en el centro del campo. Pero Inglaterra se fue con los
puntos con los que había venido. Veremos por qué.
La Azzurra salió de inicio con un 4-4-2 en
rombo. En lugar de Buffon en portería -lesionado del tobillo-
fue titular el meta del PSG, Salvatore
Sirigu. El cambio más significativo de esta nueva Italia, la defensa de 4,
dejando de lado los 5 defensas del Catenaccio, con Matteo Darmian, Gabriel Paletta,
Andrea Barzagli y Giorgio Chiellini. Como ancla en el rombo, Daniel De Rossi; Pirlo y Verratti de interiores. Media punta Claudio Marchisio, 9 por
excelencia Mario Balotelli y quien parecía ser su dupla pero
cayó mucho a banda, Candreva. Cesare Prandelli lleva tiempo planteando esta formación
para tener más el balón en vez del directo fútbol italiano, pero fue cambiando
con el desarrollo del partido.
EN ATAQUE
Mario Balotelli entendió bien el planteamiento de posesión y que los balones no le iban a
llegar con tanta frecuencia. Por ello, el punta rossonero, cayó mucho a bandas
e incluso retraso su posición para participar en el juego. Queda escrito que Marchisio fue media punta y Candreva fue más a banda. Fue así hasta que a Chiellini no le pudo más el cuerpo debido a que
no es un jugador ofensivo y no está acostumbrado a jugar en el lateral.
Entonces Marchisio fue quien calló a banda, Candreva adoptó el papel de media punta y Darmian tuvo mucho protagonismo en el carril
derecho. Por detrás de estos hubo mucha llegada. En la primera parte se vio a
una versión súper ofensiva y llegadora de Andrea
Pirlo porque Marco Verratti trabajó mucho en defensa, pero
ambos pisaban área. Cuando tenía el balón De
Rossi había 7 jugadores por
delante de la pelota.
EN DEFENSA
Atrás queda la época en la que De Rossi se incrusta entre los centrales de
Italia. Si acaso, en el final de la segunda parte, cuando Inglaterra puso toda
la carne en el asador y el conjunto transalpino aguantó la embestida gracias al Catenaccio. Mientras se mantuvo
la defensa de 4, Darmian hizo un gran partido de ida y
vuelta constante. Sólo perdió la posición en el gol inglés, donde pierde de
vista a Rooney, que es
quien pone el centro. A Paletta le creó problemas Welbeck y muchas veces se vio superado pero
hizo un partido correcto. Barzagli,
extraordinario, bien todo el partido y salvó a Italia de recibir gol en el
minuto 23. Por último en esa línea de 4, Chiellini,
quien se incorporó bien al ataque en la primera parte pero conforme avanzaba el
tiempo, prefería subir y quedarse como interior o a la altura de De Rossi y sin pisar línea de cal.
LOS CAMBIOS
Prandelli quitó a Marco
Verratti por Thiago Motta en el minuto 56. Cambio que se debe al
cansancio del joven medio del PSG al que le falta físico para afrontar la
función que se le había encomendado. Se metía entre los centrales para sacar el
balón jugado, trabajaba en defensa guardando la espalda de Pirlo e incluso se incorporaba al ataque
junto a él. Cumplió con creces pero acabó muerto. Será un digno sucesor de Pirlo. El segundo
cambio llegó en un momento en el que se veían rebasados por la intensidad
inglesas y ansia por empatar. Fue por eso que Prandelli decidió volver a la defensa super poblada cambiando un delantero, Candreva, por un medio campista
como Parolo. Un medio
campista que, aunque tiene llegada, funciona muy bien como medio centro
defensivo por su habilidad de recuperación.
El último cambio no tuvo mayor relevancia.
Italia en ese momento no tenía el balón y quedaba la opción de buscar la
contra. En el 73', se marchó Balotelli por Ciro Immobile, el cappocannoniere esta temporada y auténtico crack
italiano. Tuvo un par de contragolpes el actual delantero del Dortmund pero
sin peso en el partido. Queda decir que probablemente, si no hubieran vuelto al Catenaccio en un momento tan oportuno, Inglaterra
hubiera empatado.
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