Tras la estrepitosa caída de
España en el mundial, y con la única esperanza de poder ver grandes encuentros,
creo que animaré a nuestros vecinos latinos, aunque mucho me temo que esta vez
ellos también volverán a casa con los bolsillos vacíos. Seguramente los apoyaré
por el hecho de ser la Serie A la liga que sigo con mayor asiduidad, y en
numerosas ocasiones, tener que tragarme partidos no muy vistosos a ojos del
espectador. Siempre me convenzo a mí mismo de que los goles están al caer y si
cierro la tele me voy a perder un excelso pase de Cassano o un perfecto
contragolpe dirigido por Cerci.
Volviendo al tema del mundial, Italia
ha sido sin lugar a dudas el equipo que más me ha gustado de todo lo que llevamos
de campeonato. Dan un buen trato al balón, son valientes, generan ocasiones, y
lo más sorprendente, es que parece haber enterrado para siempre ese juego
defensivo del que tanto tiempo se ha jactado.
En rueda de prensa tras el partido
frente a Inglaterra, a De Rossi le preguntaron, casi en una afirmación, que
Italia era el equipo más vistoso y más parecido que hay a día de hoy a España
en cuanto al trato del cuero se refiere. El romano negó rotundamente la
pregunta y comentó que ellos tienen su propio estilo. Quizás él piense como yo.
Quizás también piense que Italia ha llegado lejos y ha ganado campeonatos
cuando más defensivos y toscos han sido. Cuando menos lo esperaba la gente,
cuando no aparecían en las casas de apuestas como posibles postulantes al
trono.
De igual modo, denuncio la falta
de magia e imaginación en el combinado brasileño. Lo denuncio porque esa ha
sido la seña de identidad que les ha hecho ganar cinco mundiales y ser el
conjunto más laureado. Un país en el que los niños sueñan con imitar a sus
ídolos y ser el futuro Ronaldo, Romario, Sócrates, Zico… Empero,
lamentablemente, en lo que llevamos de mundial, cuando más miedo da Brasil es
cuando sus jugadores cantan el himno a capela. Cuando comienzan las
hostilidades, cuatro detallitos de Neymar y poco más. Para colmo, con los
grandes estiletes que ha tenido Brasil, ves a Fred de nueve indiscutible y ya
terminas de volverte majara.
Con Italia más de lo mismo. De la
mano de Prandelli, la Nazionale ha cambiado drásticamente, y es cierto que su
trabajo es digno de aquilatar. Aun así, creo que renunciar a tu signo distintivo
es errar gravemente el tiro.
En la tarde de hoy, Cosa Rica
ganó porque fue mejor, así de simple. Sin embargo, me llamó la atención los
grandes espacios que dejaban los italianos a su espalda. Un caramelo para un
inspirado Campbell. Al bueno de Chiellini le faltaba el aire y por momentos no
sabía ni de dónde le venían. Algo impensable no hace mucho. Antes era Italia la
que no jugaba bien, pero te pillaba tres veces y te vacunaba las tres. El
partido de la pasada Confederaciones, que enfrentó a nipones e italianos y que
terminaría con 4-3 es paradigmático.
En España 82´, Italia llegaba
inmersa en un escándalo de amaños en el que su principal protagonista no era
otro que Paolo Rossi, el mismo que tiempo después le endosaría una tripletta a la Brasil de Sócrates. En
Alemania 2006, los días previos al torneo seguían las mismas vicisitudes. Salía
a la luz el famoso calciopoli y la Juventus descendía a la Serie B. El gran Beckenbauer,
no muy acertado a menudo en sus declaraciones, diría que Italia no pasaría de
la fase de grupos. El final de la historia ya lo conocen.
Marco Casinos @marcocasinos
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