Argelia quiere hacer historia y
en el día de su debut ha dejado buenas sensaciones. Su entramado defensivo fue
una de las buenas noticias del encuentro.
A destacar, la pareja de centrales argelinos: Bougherra-Halliche. Ambos,
no dieron ni un solo segundo para pensar al gran Lukaku. Éste, desaparecido
durante todo el partido y sin tener metros por delante para poder correr, no
terminó de entrar en ningún momento en el partido. A Wilmots no le tembló el pulso y lo cambió a
la hora de partido por el joven Origi, que supo leer mucho mejor las
necesidades de su equipo.
Me sorprendió la entrada en el
once de Chadli. Un jugador muy irregular y que tampoco ha contado con
demasiados minutos en su primer año en Londres. Ya cuando jugaba en Holanda no
me apasionaba. Es más, me sorprende incluso que esté en la lista final de 23, y
que jugadores como Nainggolan se hayan quedado fuera. Para postre, no cuajó un
buen partido. Sería sustituido por el jugador del Nápoles, Mertens. El ex del
PSV fue mucho más incisivo y en las primeras jugadas en las que aparecía ya se
le notaba con mayor chispa y dinamismo que a su compatriota. Su gol, culminaba
la remontada belga y daba los tres primeros puntos del torneo para los suyos.
Tampoco me convenció la zona de
medular de Bélgica. Tanto Dembélé como Witsel me parecen un tanto
sobrevalorados. Muy lentos en la salida de balón y sin romper líneas enemigas
en sus desplazamientos.
Otra de las posibles causas por
las que el conjunto europeo sufrió tanto en el día de hoy, fue por la defensa
con la que salió de inicio. Los cuatro hombres de la línea defensiva eran todos
defensas centrales. Es cierto que Vertonghen –que cuajó un partido horrible y cometió un
penalti muy inocente sobre Feghouli-, y Alderweireld, han actuado en muchas
ocasiones cómo laterales, pero no es la demarcación en la que más cómodos se
sienten. Además, eso hace que sean muy poco profundos en ataque, y en un
partido tan atascado como el de hoy, el poder contar con laterales que lleguen
constantemente a línea de cal es algo muy importante.
Por contra, me gustó el plan b
que puso en práctica Bélgica. La defensa africana era imposible de horadar y
ante ello Wilmots dio entrada a Fellaini. El jugador del Manchester fue un incordio
constante para la pareja de centrales. Actuó prácticamente de delantero al lado
de Origi. Además, abrió la lata para los suyos en un momento en el que los
nervios estaban a flor de piel. En esa posición es donde debe jugar Fellaini, en
la misma que jugaba en el Everton y en la que mejores prestaciones puede
ofrecer. No es un jugador con capacidad de creación y actuando en un doble
pivote, pierde tanto el equipo como él.
Por todas estas cosas que he
comentado, sigo viendo a Bélgica un escalón por debajo respecto a combinados
como Italia o Alemania. Si me tuviera que mojar, incluso diría que caerán antes
de lo esperado y no superarán aquellas semifinales que lograron en el mundial
de Méjico.
Por Marco Casinos @marcocasinos
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